“La verdad de fe acerca
de la creación del mundo, al hacernos penetrar en las profundidades del
misterio trinitario, nos descubre lo que la Biblia llama "Gloria
de Dios" (Kabod jahvé, doxa tou Theou). La Gloria de Dios está
ante todo en Él mismo: es la gloria "interior", que,
por así decirlo, colma la misma profundidad ilimitada y la infinita perfección
de la única Divinidad en la Trinidad de las Personas. Esta perfección infinita,
en cuanto plenitud absoluta de Ser y de Santidad, es también plenitud de
Verdad y de Amor en el contemplarse y donarse recíproco (y, por tanto, en
la comunión) del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.”
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