“El
valor de la Liturgia de las Horas es enorme. A través de ella, todos los
fieles, pero especialmente clero y religiosos, realizan un papel de primerísima
importancia: la oración de Cristo se prolonga en el mundo. El Espíritu Santo
mismo intercede por el Pueblo de Dios (cf. Rom 8, 27). La
comunidad cristiana, con la alabanza y la acción de gracias, glorifica la
sabiduría, el poder, la providencia y la salvación de nuestro Dios. En esta oración de alabanza elevamos nuestros
corazones al Padre de nuestro Señor Jesucristo, llevando con nosotros la
angustia y las esperanzas, las alegrías y tristezas de todos nuestros hermanos
y hermanas del mundo.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario