“Queridos jóvenes, ¡tened confianza! ¡Dejaos reconciliar por
Cristo! Os deseo que obtengáis la paz interior gracias al arrepentimiento, al
perdón de Dios y a vuestro deseo de llevar en adelante una vida mejor. Espero que,
con la ayuda de vuestras familias, de vuestros amigos y de la Iglesia, volváis
a ocupar el lugar que os corresponde en la sociedad, donde os dedicaréis a
trabajar al servicio de vuestros hermanos, respetándolos a ellos y sus bienes.”
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