“Para la solución efectiva y consoladora del problema de las vocaciones, la comunidad cristiana debe sentirse, pues, comprometida, ante todo, a orar, orar mucho, con confianza y perseverancia, no dejando, además, de promover oportunas iniciativas pastorales, y de ofrecer, de modo especial por medio de las almas "consagradas", el testimonio luminoso de una existencia vivida en fidelidad a la vocación divina.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario