“Es preciso hacer dulce violencia al corazón del Señor, que nos hace el honor de llamarnos a colaborar con Él para la afirmación y dilatación de su Reino sobre la tierra, para que "la caridad de Cristo" (2 Cor 5, 14) despierte la llamada divina en el corazón de muchos jóvenes y en otras almas nobles y generosas, empuje a los vacilantes a una decisión, sostenga en la perseverancia a quienes han realizado su opción para servicio de Dios y de los hermanos. Dios conceda a todos comprender completamente que la presencia, la calidad, el número y la fidelidad de las vocaciones constituyen un signo de la presencia viva y operante de la Iglesia en el mundo, y motivo de esperanza para su porvenir.”
(Beato Juan Pablo II Regina Caeli Domingo 6 de mayo de 1979)
(Beato Juan Pablo II Regina Caeli Domingo 6 de mayo de 1979)
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