“La
fe es la raíz vital y permanente de la teología, que brota precisamente del
preguntar y buscar, intrínsecos a la misma fe, es decir, de su impulso a
comprenderse a sí misma, tanto en su opción radicalmente libre de adhesión
personal a Cristo, cuanto en su asentimiento al contenido de la revelación
cristiana. Hacer teología es, pues, una tarea exclusivamente propia del
creyente en cuanto creyente, una tarea vitalmente suscitada y en todo momento
sostenida por la fe, y por eso pregunta y búsqueda ilimitada.”
VIAJE APOSTÓLICO A ESPAÑA del Discurso de Juan Pablo II a los profesores
de Teologia en la Universidad Pontificia de Salamanca - 1 de noviembre de 1982)
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