“Tenemos
un patrimonio espiritual común; y el Pueblo del Nuevo Testamento, es decir, la
Iglesia, se siente y está vinculada espiritualmente a la estirpe de Abraham,
“nuestro padre en la fe”. Pido a Dios que la tradición judaica y cristiana,
fundada en la Palabra divina, y que tiene una profunda conciencia de la
dignidad de la persona humana que es imagen de Dios (cfr. Gen 1, 26), nos lleve
al culto y amor ferviente al único y verdadero Dios. Y que ello se traduzca en
una acción eficaz en favor del hombre, de cada hombre y de todo hombre.” VIAJE
APOSTÓLICO A ESPAÑA
(del Discurso
de Juan Pablo II a los miembros de la comunidad religiosa judía de España -
Miércoles 3 de noviembre de 1982)
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