“Nuestros
difuntos “viven con Cristo”, después de haber sido sepultados con El en la
muerte. Para ellos el tiempo de la prueba ha terminado, dejando el puesto al
tiempo de la recompensa. Por esto —a pesar de la sombra de tristeza provocada
por la nostalgia de su presencia visible— nos alegramos al saber que han
llegado ya a la serenidad de la “patria”.”
VIAJE
APOSTÓLICO A ESPAÑA (de la Homilía
del beato Juan Pablo II en la Misa para los difuntos en el cementerio
de la “Almudena” Madrid, 2 de noviembre de 1982)
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