“Meditad sobre la vida de María. Meditadla, sobre todo vosotras, ¡jóvenes! Para vosotras, pues, la Virgen inmaculada es un modelo sublime de mujer consciente de su propia dignidad y de su alta vocación. Meditadla también vosotros, ¡jóvenes! Escuchando las palabras que María pronunció en Caná de Galilea: «Haced lo que Él os diga», tratad de construir vuestra vida, desde el principio, sobre el sólido fundamento que es Jesús. Os deseo que vuestra meditación sobre el misterio de María os lleve a imitarla en su vida: aprended de ella a escuchar y a poner en práctica la Palabra de Dios (cfr. Jn 2,5), aprended de ella a permanecer cerca del Señor, aunque ello pueda costaros mucho (cfr. Jn 19,25).”
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