domingo, 13 de diciembre de 2009

“Jesús, manda obreros a tu mies, manda obreros a tu mies».”

En el Ángelus del domingo 17 de diciembre de 1978 el Santo Padre Juan Pablo recibía a niños y jóvenes que le traían a la plaza San Pedro la imagen del Niño Jesús para su bendición antes de ser colocado en el Nacimiento preparado en casa. En sus palabras el Papa les pedía oraciones por las vocaciones sacerdotales.

“Durante esta semana os invito a rezar de manera particular por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Como pedimos a Dios que la tierra produzca la cosecha, así y aún más, debemos pedirle también que las almas den los frutos especialmente necesarios para la vida espiritual de toda la Iglesia. Hay una gran necesidad de sacerdotes, de misioneros, de religiosas, de misioneras, de catequistas, de enfermeras que curen a los enfermos”.

Y antes de terminar su corta espontánea charla con los niños reiteraba su pedido:
“El Papa aprovecha para recordar a todos que recen en casa por las vocaciones sacerdotales y religiosas, porque «estoy seguro de que Jesús escucha las plegarias de un Papa viejo, anciano, como lo veis, si con él rezan los niños. Así, pues, repetid conmigo: “Jesús, manda obreros a tu mies, manda obreros a tu mies».”

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