“Como he escrito en la Exhortación Apostólica Catechesi tradendae, «la parroquia sigue siendo el lugar privilegiado de la catequesis. Ella debe encontrar su vocación en ser una casa de familia, fraternal y acogedora, donde los bautizados y los confirmados toman conciencia de ser Pueblo de Dios. Allí el pan de la buena doctrina y de la Eucaristía son repartirlos en abundancia en el marco de un sólo acto de culto: desde allí son enviados cada día a su misión apostólica en todas las obras de la vida del mundo» (núm. 67).”
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