“Ser Pastor y obispo de almas significa guardar la palabra. Guardar la verdad. A través de ella El y el Padre vienen continuamente a nosotros: El, que es el Verbo Encarnado; El, que es el Cristo Redentor; El, que es el Pastor eterno de las almas.” (de la Homilía del Santo Padre Juan Pablo II en la Misa de inauguración del Sínodo Particular de Obispos de Holanda - 14 de enero de 1980)
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