“…preguntémonos si nuestra actitud en la oración expresa la veneración y la adoración que debería expresar, dado que nos encontramos ante Dios, que estamos en intimidad con Él y hablarnos con Él. Ciertamente, la cosa más importante en ese encuentro es la actitud interior. Sin embargo, esa actitud se manifiesta también por medio de la exterior. Y aunque sean posibles y útiles diversos gestos en la oración, no pueden, sin embargo, faltar esos de que habla hoy El Salmo: "Venid, de rodillas ante el Señor"; más aún, "postrados adoremos". Porque solamente estando en actitud de adoración ante el Señor, podemos también aclamarle con "cánticos de gozo".”
(Beato Juan Pablo II – Ángelus - Domingo 3 de agosto de 1980)
(Beato Juan Pablo II – Ángelus - Domingo 3 de agosto de 1980)
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