"Dejad que los niños vengan a mí, porque de ellos es el
reino de los cielos" (Mt 19, 14). Como recordamos, dirigió estas palabras a
los Apóstoles que, teniendo en cuenta el cansancio del Maestro, querían actuar
más bien de otra manera, es decir, querían impedir a los niños acercarse a
Cristo. Querían alejarlos, quizá para que no le quitaran el tiempo. Cristo, en
cambio, reivindicó los derechos de los niños, motivándolos según la propia
perspectiva.
(de la Audiencia General de Juan Pablo II 29 de agosto de1979)
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