Juan XXIII, en la Pacem in terris, había subrayado los cuatro derechos
fundamentales de la persona humana, que deben ser respetados en la vida social
e internacional para el bien de la paz: el derecho a la verdad, a la libertad,
a la justicia, al amor. Pablo VI, desarrollando orgánicamente este pensamiento,
publicó la Encíclica para la promoción y desarrollo de los pueblos, en la que llamó a este justo desarrollo con el "nombre nuevo de la paz".
(de la AudienciaGeneral de Juan Pablo II 8 de agosto 1979)
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