"Si quieres la paz, trabaja por la justicia". Este era el compromiso que Pablo VI proponía en el Mensaje del año siguiente. Y comentaba: "Es una invitación que no ignora las dificultades para practicar la justicia: definirla, ante todo, y actuarla después, nunca sin algún sacrificio del propio prestigio y del propio interés. Quizá hace falta mayor magnanimidad para rendirse a las razones de la justicia y de la paz, que no para luchar e imponer el propio derecho, auténtico o presunto, al adversario" (Il volto della pace, núm. 228-230, Pablo VI: Enseñanzas al Pueblo de Dios, 1971, pág. 317).
(de la AudienciaGeneral de Juan Pablo II 8 de agosto 1979)
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