miércoles, 16 de abril de 2025

Orar por santas y numerosas vocaciones

 

(…) a la vez que fijamos nuestra mirada en Cristo que instituye la Eucaristía, tomemos nuevamente conciencia de la importancia de los presbíteros en la Iglesia y de su unión con el Sacramento eucarístico. En la Carta que he escrito a los sacerdotes para este día santo he querido repetir que el Sacramento del altar es don y misterio, que el sacerdocio es don y misterio, pues ambos brotaron del Corazón de Cristo durante la última Cena.

Sólo una Iglesia enamorada de la Eucaristía engendra, a su vez, santas y numerosas vocaciones sacerdotales. Y lo hace mediante la oración y el testimonio de santidad, dado especialmente a las nuevas generaciones.

 (de la homilía de Juan Pablo II en la Santa Misa “In Cena Domini” 2004)

 


Eucaristía memorial en sentido pleno

 

 "Cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor hasta que vuelva" (1 Co 11, 26).

Por consiguiente, la Eucaristía es memorial en sentido pleno:  el pan y el vino, por la acción del Espíritu Santo, se convierten realmente en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que se entrega para ser alimento del hombre en su peregrinación terrena. La misma lógica de amor motiva la encarnación del Verbo en el seno de María y su presencia en la Eucaristía. Es el ágape, la cáritas, el amor, en el sentido más hermoso y puro. Jesús pidió insistentemente a sus discípulos que permanecieran en este amor suyo (cf. Jn 15, 9)

(de la homilía de Juan PabloII en la Santa Mia “In Cena Domini” Jueves santo 8 de abril de 2004)

sábado, 12 de abril de 2025

Domingo de Ramos – La Pasión del Señor

 

"Hoy leemos la narración de la Pasión del Señor, según Marcos. En ella está la descripción completa de los acontecimientos que se irán sucediendo en el curso de esta semana. Y en cierto sentido, constituyen su programa.

Nos detenemos con recogimiento ante esta narración. Es difícil conocer estos sucesos de otro modo. Aunque los sepamos de memoria, siempre volvemos a escucharlos con el mismo recogimiento. Recuerdo con qué atención escuchaban los niños cuando siendo yo todavía joven sacerdote les contaba la Pasión del Señor. Era siempre una catequesis completamente distinta de las otras. La Iglesia, pues, no cesa de leer nuevamente la narración de la Pasión de Cristo, y desea que esta descripción permanezca en nuestra conciencia y en nuestro corazón. En esta semana estamos llamados a una solidaridad particular con Jesucristo: "Varón de dolores" (Is 53, 3)"

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(Dela Homilia de Juan Pablo II Domingo de Ramos 8 de abril de 1979)

Domingo de Ramos

 

Durante la próxima semana, la liturgia quiere ser estrictamente obediente a la sucesión de los acontecimientos. Precisamente los acontecimientos, que se desarrollaron en Jerusalén hace poco menos de dos mil años, deciden que ésta sea la Semana Santa, la Semana de la Pasión del Señor.

El domingo de hoy permanece estrechamente unido con el acontecimiento que tuvo lugar cuando Jesús se acercó a Jerusalén para cumplir allí todo lo que había sido anunciado por los Profetas. Precisamente en este día los discípulos, por orden del Maestro, le llevaron un borriquillo, después de haber solicitado poderlo tomar prestado por cierto tiempo. Y Jesús se sentó sobre él para que se cumpliese también aquel detalle de los escritos proféticos. En efecto, así dice el Profeta Zacarías: "Alégrate sobremanera, hija de Sión, grita exultante, hija de Jerusalén. He aquí que viene a ti tu Rey, justo y victorioso, humilde, montado en un asno, en un pollino de asna" (9, 9).”

(Dela Homilia de Juan Pablo II Domingo de Ramos 8 de abril de 1979)

Los ramos de olivo y las cenizas

 

“Nosotros hoy llevamos en nuestras manos los ramos de olivo. Sabernos que después estos ramos se secarán. Con su ceniza cubriremos nuestras cabezas el próximo año, para recordar que el Hijo de Dios, hecho hombre, aceptó la muerte humana para merecernos la Vida.


(de la Homilia de Juan Pablo II Domingo de Raos 8 de abril de 1979)


viernes, 11 de abril de 2025

Purificad vuestros corazones

 

Purificad vuestros corazones en el sacramento de la reconciliación. Mienten los que acusan la invitación de la Iglesia a la penitencia como proveniente de una mentalidad "represiva". La confesión sacramental no constituye una represión, sino una liberación; no despierta el sentido de culpa, sino que borra la culpa,  absuelve el mal cometido y da la gracia del perdón. Las causas del mal no se buscan fuera del hombre, sino ante todo en el interior de su corazón; y el remedio parte también del corazón. Los cristianos. pues, mediante le sinceridad del propio compromiso de conversión, deben rebelarse contra el aplanamiento del hombre y proclamar con la propia vida la alegría de la verdadera liberación del pecado mediante el perdón de Cristo.

(dela homilía de Juan Pablo II a los universitarios de Roma, Jueves 5 de abril de1979)

¿Quién es Cristo?

 

¿Quién es Cristo? Es el Hijo de Dios que asumió la vida humana en su orientación temporal hacia la muerte. Aceptó la necesidad de la muerte. Antes que la muerte lo alcanzara, le amenazó varias veces. El Evangelio de hoy nos recuerda una de estas amenazas: "...tomaron piedras para arrojárselas" (Jn 8, 59).

Cristo es el que ha aceptado toda la realidad del morir humano. Y precisamente por esto es el que ha realizado un cambio fundamental en el modo de entender la vida. ¡Ha enseñado que la vida es un paso!, no solamente hacia la frontera de la muerte, sino hacia una vida nueva. Así la cruz ha venido a ser para nosotros la Cátedra suprema de la verdad de Dios y del hombre. Todos debemos ser alumnos de esta Cátedra, "en curso o fuera de curso". Entonces comprenderemos que la cruz es también la cuna del hombre nuevo.

(dela homilía de Juan Pablo II a los universitarios de Roma, Jueves 5 de abril de1979)