“La verdad tiene importancia no sólo para el crecimiento de la sabiduría humana, profundizando de este modo la vida interior del hombre; la verdad tiene también un significado y una fuerza profética. Ella constituye el contenido del testimonio y exige un testimonio. Encontramos esta fuerza profética de la verdad en la enseñanza de Cristo. Como Profeta, como testigo de la verdad, Cristo se opone repetidamente a la no-verdad; lo hace con gran fuerza y decisión, y frecuentemente no duda en condenar lo falso.”
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