“Si habéis encontrado pues a Cristo, ¡vivid a Cristo, vivid con Cristo! Y anunciadlo en primera persona, como auténticos testigos: “para mí la vida es Cristo” (Flp 1, 21). He ahí también la verdadera liberación: proclamar a Jesús libre de ataduras, presente en unos hombres transformados, hechos nueva creatura.”
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