“¿Cuál tendrá que ser, pues, la actitud de los cristianos responsables y, especialmente, de los padres y de los operadores de los mass-media conscientes de sus deberes en relación con la infancia?”
“La infancia no es un período cualquiera de la vida humana, del cual sea posible aislarse artificialmente: como un hijo es carne de la carne de sus padres, así el conjunto de los niños es parte viva de la sociedad. Por esta razón en la infancia está en juego la suerte misma de toda la vida, de la "suya" y de la "nuestra" esto es de la vida de todos. Tenemos, pues que servir a la infancia valorizando la vida y optando "en favor" de la vida a todos los niveles, y la ayudaremos presentando a los ojos y al corazón delicado y sensible de los pequeños aquello que en la vida hay de más noble y más elevado.”
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