“… la venida del Espíritu Santo en la confirmación, con sus dones y frutos propios, tiene como objetivo específico la formación de cristianos maduros y responsables, así como lo fueron finalmente los Apóstoles a la salida del Cenáculo. Como en ellos también la madurez de los confirmados se expresa en el apostolado consciente y activo, como testimonio vigoroso del Señor resucitado y de su Evangelio.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario