“Cristo pide a sus discípulos que su luz resplandezca ante los hombres (cf. Mt 5, 16). Nos damos perfectamente cuenta de las debilidades humanas que hay en cada uno de nosotros. Pensemos con humildad en la confianza que tiene en nosotros el Maestro y Redentor, al confiarnos el poder sobre su Cuerpo y Sangre. Confío en que, con la ayuda de su Madre, seáis capaces —en estos tiempos difíciles y con frecuencia no claros— de comportaros de tal manera que brille vuestra luz entre los hombres. Oremos incesantemente por ello. Oremos con gran humildad.”
(de la Alocución del Beato Juan Pablo II a los sacerdotes en la Catedral de la Sagrada Familia de Czestochowa- Miércoles 6 de junio de 1979)
(de la Alocución del Beato Juan Pablo II a los sacerdotes en la Catedral de la Sagrada Familia de Czestochowa- Miércoles 6 de junio de 1979)
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