¡Sed hombres de oración! Para declararse auténticamente tal, el cristiano debe ser “practicante”, es decir, debe vivir en “gracia” de Dios, observando todos los mandamientos y cumpliendo concreta y constantemente el precepto de la caridad. Sólo mediante el esfuerzo de la oración confiada y perseverante, es posible llevar vida de gracia y caridad. El mundo está en crisis también porque no se ora, o se ora poco y mal.
(de la Homilía del Beato Juan Pablo II en la Misa para los empleados de servicios técnicos del Vaticano - Iglesia de San Esteban de los Abisinios, Ciudad del Vaticano - Jueves 27 de marzo de 1980)
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