¡Tened
confianza! Esta
palabra "confianza" ensancha los pulmones y da alas al corazón, da un
alivio sin medida, es algo como salir de una pesadilla. Nuestra edad está
marcada en gran parte por la angustia y el temor, por ansiedades y miedos. La
confianza se contrapone a cuanto os inquieta: ya que es, realmente, serenidad en
el compromiso, intrepidez superior en las contrariedades, promesa en la
misteriosa, pero operante, ayuda que la Providencia a nadie niega. La confianza
encuentra su máxima expresión en las palabras pronunciadas por Cristo en la
cruz: "Padre, en tus manos entrego mi espíritu" (Lc 23,
46). En medio de tantas y tantas dificultades, la confianza os sostiene y os
hace elevar la mirada al cielo para decir al Padre que, cuando habéis hecho
todo, haga El lo que todavía falta.
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