lunes, 24 de septiembre de 2012

El hombre del campo


 “El hombre del campo se identifica con su trabajo y con la tierra, de la que hace brotar el sustento para muchos, también de las grandes ciudades. Allí echa raíces profundas, que marcan indeleblemente su ser. Arrancarlo de su terruño, empujándolo hacia un éxodo incierto, en dirección de las grandes metrópolis, o no asegurar sus derechos a la legítima posesión de la tierra, es violar sus derechos de hombre y de hijo de Dios. Es introducir un peligroso desequilibrio en la sociedad. Por lo demás, el integral desarrollo acertado y humano sabrá siempre garantizar, en igualdad de condiciones, tanto el crecimiento técnico e industrial de una nación, como una atención prioritaria a las cuestiones agrícolas, tan indispensables en nuestros días dentro del marco de una sociedad independiente, armoniosa y justa.”

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