“La misión de Jesucristo de revelar al Padre, manifestándose a
Sí mismo como Hijo, no carecía de dificultades. Efectivamente tenía que superar
los obstáculos derivados de la mentalidad estrictamente monoteísta
de los oyentes, que se había formado por medio de la enseñanza del Antiguo
Testamento, en la fidelidad a la Tradición, la cual se remontaba a Abraham y a
Moisés, y en la lucha contra el politeísmo. En los Evangelios, y especialmente
en el de Juan, encontramos muchos indicios de esta dificultad que Jesucristo
supo superar con habilidad, presentando con suma pedagogía signos de revelación
a los que se dejaron abrir los discípulos bien dispuestos.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario