jueves, 21 de octubre de 2010

La salvación - un don que no se puede tener celosamente escondido.

“Fuertes en la fe en Cristo resucitado, estamos todos invitados a abrir de par en par las puertas de la vida, sin miedos ni titubeos, para acoger la Palabra, que es camino, verdad y vida (cf. Jn 14, 6), y proclamarla valientemente al mundo entero.
La salvación, que se nos ha ofrecido, es un don que no se puede tener celosamente escondido. Es como la luz del sol, que por su misma naturaleza disipa las tinieblas; es como el agua de un manantial limpio, que brota incontenible del centro de la roca.”
(Mensaje del Santo Padre Juan Pablo II para la IX y la X Jornada Mundial de la Juventud)

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