“La
que concibió en su seno virginal y trajo al mundo al Hijo de Dios, Verbo
Eterno, experimenta hoy la perfecta glorificación del alma y del cuerpo en el
tabernáculo de la Santísima Trinidad. Y nuestros corazones, como siempre,
también hoy, pero hoy más que nunca, se dirigen a Ella con toda la sencillez y
la confianza de los niños. ¡Alegrémonos por la eterna gloria de la Madre de
Cristo y Madre nuestra!”
(Beato Juan Pablo II – Ángelus viernes 15 de agosto de 1980 Solemnidad de
la Asunción de la Virgen María)
No hay comentarios:
Publicar un comentario