“…ya desde el momento de la anunciación fue revelado que la
Virgen de Nazaret es el tabernáculo especialísimo de la Santísima Trinidad como
Hija elegida del Padre Eterno para ser Madre de su Hijo en el misterio de la
Encarnación. Y esto se cumplió con la admirable fuerza nupcial del Espíritu
Santo, por obra del cual el Verbo Eterno se hizo carne en su seno materno.”
Maria, Encarnacion
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