“El concilio ecuménico Vaticano II enseña que el misterio del
hombre únicamente encuentra solución a la luz del misterio de Cristo (cf. Gaudium
et spes, 22). En esta línea, en la encíclica Redemptor hominis
yo también quise reafirmar que el hombre es el camino primero y principal que
recorre la Iglesia (cf. n. 14). Ante la tragedia del humanismo ateo, los
creyentes tienen la tarea de anunciar y testimoniar que el verdadero humanismo
se manifiesta en Cristo. Sólo en Cristo la persona puede realizarse plenamente.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario