“Es propio de la
condición humana, y especialmente de la juventud, buscar lo absoluto, el
sentido y la plenitud de la existencia. Queridos jóvenes, ¡ no os contentéis
con nada que esté por debajo de los ideales más altos! No os dejéis desanimar
por los que, decepcionados de la vida, se han hecho sordos a los deseos más
profundos y más auténticos de su corazón. Tenéis razón en no resignaros a las
diversiones insulsas, a las modas pasajeras y a los proyectos insignificantes.
Si mantenéis grandes deseos para el Señor, sabréis evitar la mediocridad y el
conformismo, tan difusos en nuestra sociedad.”
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