“el matrimonio o
compromiso conyugal de un hombre y una mujer, en la mutua entrega y en la
transmisión de la vida, son valores primarios de la sociedad, que la
legislación civil no puede ignorar o combatir. Por ello, la Iglesia y sus
Pastores no han de permanecer indiferentes ante ciertos intentos de cambios
substanciales que afectan a la estructura familiar.”
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