“Hemos oído exclamar a San Pablo: "¡Ay de mí si no
evangelizara!" (1 Cor 9, 16). El anuncio oral es el medio
esencial de la misión cristiana; y es el mismo Apóstol quien nos recuerda un
principio primario del cristianismo: "La fe es por la predicación"
(Rom 10, 17). Pero, "¿cómo creerán sin haber oído de El? Y, ¿cómo
oirán si nadie les predica?" (ib., 10, 14). Desde aquí se puede
medir el alcance e importancia de vuestra tarea. Es tarea de la que la Iglesia
no puede prescindir, porque se juega en ella no sólo la madurez, sino la misma
identidad cristiana. En efecto, esta tarea, según escribí en la Exhortación
Apostólica Catechesi
tradendae, "persigue el doble objetivo de hacer madurar la fe
inicial y de educar al verdadero discípulo por medio de un conocimiento más
profundo y sistemático de la persona y del mensaje de Nuestro Señor
Jesucristo" (núm. 19).”
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