"El Papa se inclina con profundo respeto ante la
ancianidad, e invita a todos a que lo hagan con él. La vejez es la coronación
de los escalones de la vida. En ella se cosechan frutos: los frutos de lo
aprendido y lo experimentado, los frutos de lo realizado y conseguido, los
frutos de lo sufrido y lo soportado. Como en la parte final de una gran
sinfonía, se recogen los grandes temas de la vida en un poderoso acorde. Y esta
armonía confiere sabiduría..., bondad, paciencia, comprensión: amor" (núm.
1; cf. L'Osservatore Romano, Edición en Lengua Española, 30 de noviembre
de 1980, pág. 15).
Vejez, ancianidad
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