viernes, 16 de diciembre de 2011

La misión que Dios le ha confiado a la mujer

“La misión que Dios ha confiado a la mujer en su sabio plan se funda en la profundidad de su ser personal que, a la vez que la iguala al hombre en dignidad, la distingue de él por las riquezas específicas de la femineidad, pues la mujer representa «un valor particular como persona humana y, al mismo tiempo, como aquella persona concreta, por el hecho de su femineidad [...], independientemente del contexto cultural en el que vive cada una y de sus características espirituales, psíquicas y corporales, como, por ejemplo, la edad, la instrucción, la salud, el trabajo, la condición de casada o soltera». (Mulieris dignitatem, 29).”


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