El rápido desarrollo de las relaciones entre los
hombres y las naciones, tanto en extensión como en profundidad, reclama un
esfuerzo sin precedentes para que aquél quede bajo el señorío del hombre, pues
de lo contrario se verá arrastrado en la ola tumultuosa de los egoísmos e
instintos; a este fin se deben hallar estructuras adecuadas que expresen y
fomenten la unidad de la familia humana dentro del respeto a la dignidad
soberana de cada individuo y de cada grupo humano. Este propósito encuentra en
la regla del derecho, en el "imperium legis", una ayuda indispensable que garantiza la
continuidad, rectitud y fuerza creadora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario