La paz es un bien que se promueve con el bien: es un bien para las personas, las familias, las Naciones de
la tierra y para toda la humanidad; pero es un bien que se ha de custodiar y
fomentar mediante iniciativas y obras buenas. Se comprende así la gran verdad
de otra máxima de Pablo: « Sin devolver a nadie mal por mal » (Rm 12,17). El único modo para salir del círculo
vicioso del mal por el mal es seguir la exhortación del Apóstol: « No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence al mal con el bien » (Rm 12,21).
(del Mensaje de Juan Pablo II para la XXXVIII Jornada Mundialde la Paz 1 de enero de 2005)
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