1. "Los
cristianos, recordando la palabra del Señor: "En esto conocerán que
sois mis discípulos, si os amáis unos a otros" (Jn 13, 35), nada
pueden desear más ardientemente que servir cada vez más generosa y eficazmente
a los hombres del mundo actual" (Gaudium
et spes, 93).
Esta tarea que el concilio Vaticano II nos encomendó al final de la constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual responde al desafío fascinante de construir un mundo animado por la ley del amor, una civilización del amor, "fundada en los valores universales de paz, solidaridad, justicia y libertad, que encuentran en Cristo su plena realización" (Tertio millennio adveniente, 52).
(De la Audiencia General del Papa Juan Pablo II del 15
de diciembre de 1999)
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