“En el Rosario
meditamos los principales acontecimientos salvíficos que se han cumplido en
Cristo: desde: la concepción virginal hasta los momentos culminantes de la
Pascua y de la glorificación de la Madre de Dios. Esta oración es una alabanza
y una imploración continuada a María Santísima para que interceda por nosotros,
pobres pecadores, en todos los instantes de nuestra jornada hasta la hora de
nuestra muerte.”
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