“Esa misión del
sacerdocio no es un simple título jurídico. No consiste precisamente en un
servicio eclesial prestado a la comunidad, delegado por ella y, por tanto,
revocable por la misma comunidad o renunciable por libre decisión del
"funcionario". Se trata, por el contrario, de una real e íntima
transformación por la que pasó vuestro organismo sobrenatural gracias
a una "señal" divina, el "carácter", que os habilita para
obrar "in persona Christi" (haciendo las veces de Cristo), y por eso
os califica en relación a El como instrumentos vivos de su acción.”
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