“Cuando el número de
víctimas de la violencia alcanza ya cifras altísimas y aumenta el clima general
de zozobra; cuando se atenta contra la vida incluso de los obreros de la paz,
como ha sido el caso de sacerdotes y religiosas, ha de alzarse también con
renovada energía la voz de quienes proclaman el Evangelio de la vida y de la
paz, y deben multiplicarse los esfuerzos en favor de una convivencia serena
basada en la justicia, la reconciliación y el amor, por parte de quienes
han recibido y son portadores del saludo del Señor Resucitado: «La paz con
vosotros» (Lc 24, 36; Jn 20, 19-20)”
No hay comentarios:
Publicar un comentario