“En el campo de los derechos de la persona hoy, más que nunca,
conviene invitar a nuestros contemporáneos a preguntarse acerca de lo que, de
modo indebido, se llama «salud reproductiva», expresión que implica una
contradicción que desnaturaliza el sentido mismo de la subjetividad; en
realidad, incluye el pretendido derecho al aborto y, a partir de este hecho,
niega el derecho elemental de todo ser humano a la vida y hiere a toda la
humanidad, atacada en uno de sus miembros. «El origen de la contradicción entre
la solemne afirmación de los derechos del hombre y su trágica negación en la
práctica está en un concepto de libertad que exalta de modo absoluto al
individuo y no lo dispone a la solidaridad, a la plena acogida y al servicio
del otro» (Evangelium
vitae, 19). “
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