“María, desde el «sí» de Nazaret hasta el del Gólgota, se sitúa en
total sintonía de mente y de corazón con el acto de entrega de su Hijo. La
Virgen vive en constante comunión con Cristo: toda su vida podría definirse
como una especie de comunión «eucarística», comunión con el «Pan del
cielo» que el Padre ha dado para la vida del mundo.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario