lunes, 7 de octubre de 2013

No hay vida cristiana sin penitencia

“A ejemplo del Apóstol de las Gentes debemos tomar todos conciencia de la necesidad deconversión que todos tenemos. No hay vida cristiana sin penitencia. "El auténtico ecumenismo no se da sin la conversión interior" (Unitatis Redintegratio, 7). "No nos juzguemos, pues, ya más los. unos a los otros". (Rom 14, 13). Por el contrario, nosotros queremos admitir recíprocamente nuestras culpas. Aun en relación a la gracia de la unidad vale la frase: "Todos pecaron" (Rom 3, 23). Deberíamos reconocer y decir esto con toda seriedad y extraer las consecuencias pertinentes. Más importante es aún reconocer de corazón las consecuencias que el Señor saca de los fallos humanos. Pablo dice expresamente: "Donde abundó el pecado sobreabundó la gracia" (Rom 5, 20). Dios no cesa de "tener de todos misericordia" (Rom 11, 32). Dios dona a so Hijo, se dona a Sí mismo, dona perdón, justificación, gracia, vida eterna. Esto es lo que debemos confesar todos juntos.”

(del discurso del Beato Juan Pblo II a los representantes delConsejo de la Iglesia Evangélica de Alemania – Museo de la catedral de Maguncia, 17 de noviembre de 1980)

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