miércoles, 16 de octubre de 2013

Solo Dios es la fuente de todo ser

 “El comer o no comer del fruto de cierto árbol puede parecer una cuestión irrelevante. Sin embargo, el árbol "de la ciencia del bien y del mal" significa el primer principio de la vida humana, al que se une un problema fundamental. El tentador lo sabe muy bien, por ello dice: "El día que de él comiereis... seréis como Dios, conocedores del bien y del mal". El árbol significa, por consiguiente, el límite infranqueable para el hombre y para cualquier criatura, incluso para la más perfecta. La criatura es siempre, en efecto, sólo una criatura, y no Dios. No puede pretender de ningún modo ser "como Dios", "conocedora del bien y del mal" como Dios. Sólo Dios es la fuente de todo ser, sólo Dios es la Verdad y la Bondad absolutas, en quien se miden y en quien se distingue el bien del mal. Sólo Dios es el Legislador eterno, de quien deriva cualquier ley en el mundo creado, y en particular la ley de la naturaleza humana (lex naturae). El hombre, en cuanto criatura racional, conoce esta ley y debe dejarse guiar por ella en la propia conducta. No puede pretender establecer él mismo la ley moral, decidir por sí mismo lo que está bien y lo que está mal, independientemente del Creador, más aún, contra el Creador. No puede, ni el hombre ni ninguna otra criatura, ponerse en el lugar de Dios, atribuyéndose el dominio del orden moral, contra la constitución ontológica misma de la creación, que se refleja en la esfera psicológico-ética con los imperativos fundamentales de la conciencia y, en consecuencia, de la conducta humana.”

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