sábado, 30 de agosto de 2025

Espíritu Santo vivificador

 « Consumada la obra que el Padre encomendó realizar al Hijo sobre la tierra (cf. Jn 17, 4) fue enviado el Espíritu Santo el día de Pentecostés a fin de santificar indefinidamente a la Iglesia y para que de este modo los fieles tengan acceso al Padre por medio de Cristo en un mismo Espíritu (cf. Ef 2, 18). El es el Espíritu de vida o la fuente de agua que salta hasta la vida eterna (cf. Jn 4, 14; 7, 38-39), por quien el Padre vivifica a los hombres, muertos por el pecado, hasta que resucite sus cuerpos mortales en Cristo (cf. Rom 8, 10-11 ) ».92

(de la Carta Encíclica Dominum et VIvificantem del Papa Juan Pablo II, sobre el Espíritu Santo)


Espiritu Santo : Persona-amor y Persona-don

 

Dios, en su vida íntima, « es amor »,36 amor esencial, común a las tres Personas divinas. El Espíritu Santo es amor personal como Espíritu del Padre y del Hijo. Por esto « sondea hasta las profundidades de Dios »,37 como Amor-don increado. Puede decirse que en el Espíritu Santo la vida íntima de Dios uno y trino se hace enteramente don, intercambio del amor recíproco entre las Personas divinas, y que por el Espíritu Santo Dios « existe » como don. El Espíritu Santo es pues la expresión personal de esta donación, de este ser-amor.38 Es Persona-amor. Es Persona-don. Tenemos aquí una riqueza insondable de la realidad y una profundización inefable del concepto de persona en Dios, que solamente conocemos por la Revelación.

(de la Carta Encíclica Dominum et Vivificantem del Papa Juan Pablo II, sobre el Espíritu Santo)


martes, 26 de agosto de 2025

El bien común

 

El bien común al que la autoridad sirve en el Estado se realiza plenamente sólo cuando todos los ciudadanos están seguros de sus derechos. Sin esto se llega a la destrucción de la sociedad, a la oposición de los ciudadanos a la autoridad, o también a una situación de opresión, de intimidación, de violencia, de terrorismo, de los que nos han dado bastantes ejemplos los totalitarismos de nuestro siglo. Es así como el principio de los derechos del hombre toca profundamente el sector de la justicia social y se convierte en medida para su verificación fundamental en la vida de los Organismos políticos.

Entre estos derechos se incluye el derecho a la libertad religiosa junto al derecho de la libertad de conciencia. El Concilio Vaticano II ha considerado particularmente necesaria la elaboración de una Declaración más amplia sobre este tema. Es el documento que se titula Dignitatis humanae

(Juan Pablo II en la Encíclica Redemptor Hominis)


El sentido de nuestra existencia en Cristo y por Cristo

 

Con la apertura realizada por el Concilio Vaticano II, la Iglesia y todos los cristianos han podido alcanzar una conciencia más completa del misterio de Cristo, «misterio escondido desde los siglos»69 en Dios, para ser revelado en el tiempo: en el Hombre Jesucristo, y para revelarse continuamente, en todos los tiempos. En Cristo y por Cristo, Dios se ha revelado plenamente a la humanidad y se ha acercado definitivamente a ella y, al mismo tiempo, en Cristo y por Cristo, el hombre ha conseguido plena conciencia de su dignidad, de su elevación, del valor transcendental de la propia humanidad, del sentido de su existencia.

 

(JuanPablo II en la Encíclica Redemptor Hominis)

martes, 19 de agosto de 2025

Pérdida del sentido de Dios (2 de 2)

 

 En los últimos decenios, la pérdida del sentido de Dios ha coincidido con el avance de una cultura nihilista que empobrece el sentido de la existencia humana y, en el campo ético, relativiza incluso los valores fundamentales de la familia y del respeto a la vida. Con frecuencia, todo esto no se realiza de modo llamativo, sino con la sutil metodología de la indiferencia, que lleva a considerar normales todos los comportamientos, de modo que no surja ningún problema moral.

Paradójicamente, se exige que el Estado reconozca como "derechos" muchos comportamientos que atentan contra la vida humana, sobre todo contra la más débil e indefensa. Por no hablar de las enormes dificultades que existen para aceptar a los demás cuando son diversos, incómodos, extranjeros, enfermos o minusválidos. Precisamente el rechazo cada vez más fuerte de los demás, en cuanto diferentes, plantea un interrogante a nuestra conciencia de creyentes. Como afirmé en la encíclica Evangelium vitae:  "Estamos frente a una realidad más amplia, que se puede considerar como una verdadera y auténtica estructura de pecado, caracterizada por la difusión de una cultura contraria a la solidaridad, que en muchos casos se configura como verdadera cultura de muerte" (n. 12).

 

(De la Audiencia General del Papa Juan Pablo II del 15 de diciembre de 1999)

Perdida del sentido de Dios (1 de 2)

 

Hemos asistido al ocaso de las ideologías que vaciaron de referencias espirituales a muchos hermanos nuestros, pero los frutos nefastos de un secularismo que engendra indiferencia religiosa siguen presentes, sobre todo en las regiones más desarrolladas. Desde luego, a esta situación no se responde adecuadamente con la vuelta a una vaga religiosidad, con la que se buscan frágiles compensaciones y un equilibrio psico-cósmico, como pretenden muchos nuevos paradigmas religiosos que proclaman una religiosidad sin referencia a un Dios trascendente y personal.

Por el contrario, es preciso analizar con esmero las causas de la pérdida del sentido de Dios y volver a proponer con valentía el anuncio del rostro del Padre, revelado por Jesucristo a la luz del Espíritu. Esta revelación, no disminuye, sino que exalta la dignidad de la persona humana en cuanto imagen de Dios Amor.

 

(De la Audiencia General del Papa Juan Pablo II del 15de diciembre de 1999)

Compromiso por la edificación de la "civilización del amor"

 

1. "Los cristianos, recordando la palabra del Señor:  "En esto conocerán que sois mis discípulos, si os amáis unos a otros" (Jn 13, 35), nada pueden desear más ardientemente que servir cada vez más generosa y eficazmente a los hombres del mundo actual" (Gaudium et spes, 93).

Esta tarea que el concilio Vaticano II nos encomendó al final de la constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual responde al desafío fascinante de construir un mundo animado por la ley del amor, una civilización del amor, "fundada en los valores universales de paz, solidaridad, justicia y libertad, que encuentran en Cristo su plena realización" (Tertio millennio adveniente, 52).

 

(De la Audiencia General del Papa Juan Pablo II del 15 de diciembre de 1999)


viernes, 15 de agosto de 2025

Asunción de María alegrémonos por su eterna gloria

 

“La que concibió en su seno virginal y trajo al mundo al Hijo de Dios, Verbo Eterno, experimenta hoy la perfecta glorificación del alma y del cuerpo en el tabernáculo de la Santísima Trinidad. Y nuestros corazones, como siempre, también hoy, pero hoy más que nunca, se dirigen a Ella con toda la sencillez y la confianza de los niños. ¡Alegrémonos por la eterna gloria de la Madre de Cristo y Madre nuestra!”

Maria y el misterio pascual

 

“María es el "éxito" más alto del misterio pascual, es la mujer perfectamente "lograda" tanto en el orden de la naturaleza como en el de la gracia, porque Ella supo meditar, comprender y vivir ese misterio más que ninguna otra criatura humana. Para el cristiano es imposible gustar el sentido de la Pascua prescindiendo de cómo lo vivió María, victoriosa, con Cristo y por Cristo, sobre el antiguo adversario. En el misterio de su celeste Asunción en alma y cuerpo, toda la Iglesia celebrará el cumplimiento pleno del misterio pascual, porque en la Madre de Dios glorificada así, ella ve el tipo ideal y el término de su camino en el curso de los siglos.”

 

(Papa Juan Pablo II Regina Caeli 17 de abril de 1983)

martes, 12 de agosto de 2025

Nadie como Ella

 

 

Nadie de modo más pleno, más absoluto y más radical "ha esperado" en Cristo como su propia Madre, María.

Y tampoco nadie tanto como Ella "ha sido hecha heredera en El", ¡en Cristo!

Nadie en la historia del mundo ha sido más cristocéntrico y más cristóforo que Ella. Y nadie ha sido más semejante a El, no sólo con la semejanza natural de la Madre con el Hijo, sino con la semejanza del Espíritu y de la santidad.

Y porque nadie tanto como Ella existía "conforme al designio de la voluntad de Dios", nadie en este mundo existía tanto como Ella "para alabanza de su gloria", porque nadie existía en Cristo y por Cristo tanto como Aquella, gracias a la cual Cristo nació en la tierra.

 

(dela Homilía del Papa Juan Pablo II en la Solemnidad dela Inmaculada COncepcionde la Virgen Maria – 8 de diciembre de 1980)

lunes, 11 de agosto de 2025

Jesus ha vencido a Satanás

 

En la oración del Padre nuestro se hace referencia explícita al mal; el término ponerós (cf. Mt 6, 13), que en sí mismo es un adjetivo, aquí puede indicar una personificación del mal. Éste es causado en el mundo por el ser espiritual al que la revelación bíblica llama diablo o Satanás, que se opone libremente a Dios (cf. Catecismo de la Iglesia católica, n. 2851 s).

La «malignidad» humana, constituida por el poder demoníaco o suscitada por su influencia, se presenta también en nuestros días de forma atrayente, seduciendo las mentes y los corazones, para hacer perder el sentido mismo del mal y del pecado. Se trata del «misterio de iniquidad», del que habla san Pablo (cf. 2 Ts 2, 7). Desde luego, está relacionado con la libertad del hombre, «mas dentro de su mismo peso humano obran factores por razón de los cuales el pecado se sitúa más allá de lo humano, en aquella zona límite donde la conciencia, la voluntad y la sensibilidad del hombre están en contacto con las oscuras fuerzas que, según san Pablo, obran en el mundo hasta enseñorearse de él» (Reconciliatio et paenitentia, 14).

Por desgracia, los seres humanos pueden llegar a ser protagonistas de maldad, es decir, «generación malvada y adúltera» (Mt 12, 39).

Creemos que Jesús ha vencido definitivamente a Satanás, y que, de este modo, ha logrado que ya no le temamos. A cada generación la Iglesia vuelve a presentarle, como el apóstol Pedro en su conversación con Cornelio, la imagen liberadora de Jesús de Nazaret, que «pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él» (Hch 10, 38).

 

(Papa Juan Pablo II Audiencia General 18 deagosto de 1999)

viernes, 8 de agosto de 2025

El fenómeno de las migraciones y el humus humano

 

Si se fomenta una integración gradual entre todos los inmigrantes, respetando su identidad y, al mismo tiempo, salvaguardando el patrimonio cultural de las poblaciones que los acogen, se corre menos riesgo de que los inmigrantes se concentren formando auténticos "guetos", aislándose del contexto social y acabando a veces por alimentar incluso el deseo de conquistar gradualmente el territorio.

Cuando las "diversidades" se encuentran, integrándose, dan vida a una "convivencia de las diferencias". Se redescubren los valores comunes a toda cultura, capaces de unir y no de separar; valores que hunden sus raíces en el idéntico humus humano. Eso ayuda a entablar un diálogo fecundo para construir un camino de tolerancia recíproca, realista y respetuosa de las peculiaridades de cada uno. En estas condiciones, el fenómeno de las migraciones contribuye a cultivar el "sueño" de un futuro de paz para la humanidad entera.

(delMensaje del Papa Juan Pablo II para la Jornada Mundial del emigrante y elrefugiado 2004)

jueves, 7 de agosto de 2025

La razón ante el misterio

  (…) no hay que olvidar que la Revelación está llena de misterio. Es verdad que con toda su vida, Jesús revela el rostro del Padre, ya que ha venido para explicar los secretos de Dios; 13 sin embargo, el conocimiento que nosotros tenemos de ese rostro se caracteriza por el aspecto fragmentario y por el límite de nuestro entendimiento. Sólo la fe permite penetrar en el misterio, favoreciendo su comprensión coherente.

(...)

Para ayudar a la razón, que busca la comprensión del misterio, están también los signos contenidos en la Revelación. Estos sirven para profundizar más la búsqueda de la verdad y permitir que la mente pueda indagar de forma autónoma incluso dentro del misterio. Estos signos si por una parte dan mayor fuerza a la razón, porque le permiten investigar en el misterio con sus propios medios, de los cuales está justamente celosa, por otra parte la empujan a ir más allá de su misma realidad de signos, para descubrir el significado ulterior del cual son portadores. En ellos, por lo tanto, está presente una verdad escondida a la que la mente debe dirigirse y de la cual no puede prescindir sin destruir el signo mismo que se le propone.


(Papa Juan Pablo II Carta Enciclica Fides et Ratio)



martes, 5 de agosto de 2025

La política requiere honradez y transparencia

 

La política requiere honradez y transparencia. El pueblo debe poder sentirse comprendido y protegido. Debe poder constatar que sus líderes trabajan para garantizarles un futuro mejor. Ojalá no suceda jamás que la gente, ante situaciones de creciente desigualdad social, se vea impulsada a añorar peligrosamente el pasado.

(del discurso del Papa Juan Pablo II en Bakú,Azerbaiyán, al mundo de la política, la cultura y el arte el 22 de mayo de2002)

lunes, 4 de agosto de 2025

La presencia de Satanás en la historia de la humanidad

 

Debemos finalmente añadir que las impresionantes palabras del Apóstol Juan: "El mundo todo está bajo el maligno" (1 Jn 5, 19), aluden también a la presencia de Satanás en la historia de la humanidad, una presencia que se hace más fuerte a medida que el hombre y la sociedad se alejan de Dios. El influjo del espíritu maligno puede "ocultarse" de forma más profunda y eficaz: pasar inadvertido corresponde a sus "intereses": La habilidad de Satanás en el mundo es la de inducir a los hombres a negar su existencia en nombre del racionalismo y de cualquier otro sistema de pensamiento que busca todas las escapatorias con tal de no admitir la obra del diablo. Sin embargo, no presupone la eliminación de la libre voluntad y de la responsabilidad del hombre y menos aún la frustración de la acción salvífica de Cristo. Se trata más bien de un conflicto entre las fuerzas oscuras del mal y las de la redención. Resultan elocuentes a este propósito las palabras que Jesús dirigió a Pedro al comienzo de la pasión:" ...Simón, Satanás os busca para ahecharos como trigo; pero yo he rogado por ti para que no desfallezca tu fe" (Lc 22, 31).

 (Juan Pablo II en la Audiencia General del 13de agosto 1986)

Señor enséñanos a orar

 


Debemos siempre también aprender nuevamente a orar. Muchas veces sucede que nos dispensamos de rezar con la excusa de no saberlo hacer. Si realmente no sabemos orar, tanto más necesario es entonces aprender. Esto es importante para todos y parece ser especialmente importante para los jóvenes, los cuales muchas veces abandonan las oraciones que aprendieron de niños, porque les parecen demasiado infantiles, ingenuas y poco profundas. En cambio, semejante estado de conciencia constituye un estímulo indirecto para profundizar la propia oración, hacerla más reflexiva, más madura; para buscarle el apoyo en la Palabra de Dios mismo y en el Espíritu Santo, el cual "aboga por nosotros con gemidos inenarrables" como escribe San Pablo (Rom 8, 26).

 (Papa Juan Pablo II Ángelus 27 de julio de 1980)   

 

viernes, 1 de agosto de 2025

Jesus es la verdadera novedad

 

El nacimiento de Jesús en Belén no es un hecho que se pueda relegar al pasado. En efecto, ante Él se sitúa la historia humana entera: nuestro hoy y el futuro del mundo son iluminados por su presencia. Él es « el que vive » (Ap 1, 18), « Aquél que es, que era y que va a venir » (Ap 1, 4). Ante Él debe doblarse toda rodilla en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua debe proclamar que Él es el Señor (cf. Flp 2, 10-11). Al encontrar a Cristo, todo hombre descubre el misterio de su propia vida[1].

Jesús es la verdadera novedad que supera todas las expectativas de la humanidad y así será para siempre, a través de la sucesión de las diversas épocas históricas. La encarnación del Hijo de Dios y la salvación que Él ha realizado con su muerte y resurrección son, pues, el verdadero criterio para juzgar la realidad temporal y todo proyecto encaminado a hacer la vida del hombre cada vez más humana.

 Papa Juan Pablo II « Incarnationis mysterium » Bula de convocación del GranJubileo del año 2000

Peregrinar por el camino de la perfección cristiana

 

La peregrinación ha sido siempre un momento significativo en la vida de los creyentes, asumiendo en las diferentes épocas históricas expresiones culturales diversas. Evoca el camino personal del creyente siguiendo las huellas del Redentor: es ejercicio de ascesis laboriosa, de arrepentimiento por las debilidades humanas, de constante vigilancia de la propia fragilidad y de preparación interior a la conversión del corazón. Mediante la vela, el ayuno y la oración, el peregrino avanza por el camino de la perfección cristiana, esforzándose por llegar, con la ayuda de la gracia de Dios, « al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo » (Ef 4, 13).

(Papa Juan Pablo II « Incarnationis mysterium » Bula de convocación del Gran Jubileo del año 2000