El Corazón de Cristo
es la sede universal de la comunión con Dios Padre, es la sede del Espíritu
Santo. Para conocer a Dios, es preciso conocer a Jesús y
vivir en sintonía con su Corazón, amando, como él, a Dios y al prójimo.
(de la Audiencia General del Papa Juan Pablo II 8de junio de 1994)
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