“El sacerdocio cristiano
no tiene sentido fuera de Cristo. Lo enseñanza tradicional nos repite
constantemente: “sacerdos alter Christus”, y lo hace marcando no un sentido
paralelo, sino indicando cómo Cristo se hace presente en cada sacerdote y cómo
el sacerdote obra “in persona Christi”. ¿Cómo será posible esta realidad, si no
existe una correspondencia entre aquella identidad misteriosa con Cristo y la
identidad personal que se logra por la aceptación efectiva de cada sacerdote?
¿Y cómo podremos llegar a Cristo si el Padre no nos atrae? Por ello, la oración
debe llenar la vida del sacerdote: oración personal, que si bien debe
expresarse eminentemente a través de la Sagrada Liturgia, habrá de estar alimentada
con un continuo recurso a las Sagradas Escrituras, a la luz del Magisterio de
la Iglesia. La participación cotidiana en la Eucaristía sellará este contacto
íntimo e insustituible con el Señor. “
No hay comentarios:
Publicar un comentario