“Esto es lo que
necesita el mundo de hoy: ver el milagro de los milagros como es el dedicarse a
cuidar a los necesitados de la forma más desinteresada para vencer el
individualismo egoísta; del modo más total para superar la mezquina parcialidad
del cálculo y del oportunismo; de la manera más concreta, para no limitarse a
la esterilidad de las buenas intenciones y de las bellas palabras; y también
del modo más oculto —casi púdico, diría— para no enturbiar la sinceridad de la
propia entrega con la ostentación, de que pueden ser maestros otros, pero no
ciertamente los discípulos de Jesús. En efecto: el amor cristiano, según la
célebre página paulina, "no es jactancioso, no se hincha; no es descortés,
no busca lo suyo, no se irrita, no piensa mal; no se alegra de la injusticia,
se complace en la verdad" (1 Cor 13, 4-6).”
(Beato Juan Pablo II Discurso a 500 niños minusválidos y a susasistentes – 24 de septiembre de 1979)
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