“Sed, en esta porción de Iglesia adonde Dios os condujo de la
mano, lo que vinisteis a ser: verdaderos evangelizadores. La verdadera
evangelización, según la estimulante perspectiva de la Evangelii
nuntiandi, es fundamentalmente el anuncio explícito de Jesucristo
Redentor del hombre y de su Buena Nueva de salvación. Es, por consiguiente,
comunicación alegre y esperanzadora de la revelación sobre la paternidad de
Dios, su designio de amor, su Reino que se inicia en este mundo y tiende a su
plenitud en la eternidad. Es también la proclamación de que en Jesucristo y por
Jesucristo nace un hombre nuevo, renovado en la justicia y en la santidad, y
con hombres nuevos debe surgir una sociedad nueva regida por las normas de las
bienaventuranzas e inspirada por la caridad que genera fraternidad y
solidaridad. Toda evangelización, por tanto, tiende a suscitar, profundizar y
consolidar la fe y, a la luz de la fe, hacer posible una sociedad más justa y
fraterna.”
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